martes, 22 de febrero de 2011

Sotaneando

No sabía que podía volar tan alto
en forma inversa al abrir el sótano
donde aguardaban las esperas,
al pintar de blanco la sala de pacientes
casi muertos de olvido,
al hacerme a la mar en un bajel donde la quilla
apenas soportaba el peso de los trapos y
que sin embargo me llevo con pausa a
puerto nuevo y seguro,
al sujetarme con denuedo de la sábana y
morder la almohada para no marearme en el descenso,
No sabía que no había perdido
la firmeza de la carne y
la entereza para soportar junto a la quilla
los embates de los vientos,
no sabía nada y después del viaje nada supe,
me extravié en fantasías, bajo nubes,
bajo le vuelo de la esperanza de volar de nuevo.

Gayo. 8.2.11 en una tarde recordando que aunque se tiene alas le damos mas importancia a los lastres.

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