martes, 22 de febrero de 2011

Sabandijeando

Debajo de qué sueño te estarás
cubriendo que no sales ni al llamado
del sol que suena para misa,
dónde te has metido sabandija
piel papel color capitulo en mi historia
que por más que oteo una luna y
falsifico una brújula perfecta
no encuentro el rastro de tu sombra
ni el sonar ni el acercar de tus caderas.

Me gustaría saber si sigues aún pensando
en ese par de aceituna que nadaban como
ojos sin pestañas en la copa martinera
la noche del cóctel en que tu aroma sacó
a bailar a todas mis hormonas,
me gustaría saber si sabes que te he escrito
a doscientas direcciones inventadas o
si en una de esas la casualidad ha estado
de mi parte y
has leído entre mis letras que te extraño y
que me gustaría mirarte la espalda brujo
en cada embrujo cuando partes a las garras
de tu tribu y
que por fin ya sabes que el único peligro
es que en alguna de tus ida se terminen
los pañuelos que se han bordado con tu nombre.

Me gustaría pensar que no te bastan
tus cobijas para ensombrecerte
por las noches la mirada y
que dejas tu escondite y
que das al sol la cara y
que vienes a escucharme la palabra,
a sentir de corazón un verbo tartamudo
que te tengo listo y
que breve de palabras y
que acompañado de otras dos letras,
sonará eterno,
mientras te permitas cobijarte en mi mirada.

Gayo. 18.2.11 en una tarde en la que el sol se ha ensañado con la acera a la cual no le ha quedado mas remedio que secar su llanto y borrar las huellas que vuelan a otros lados, a otros tiempos, a otros ojos como polvo.

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