lunes, 27 de diciembre de 2010

Paco y Luis.

Después de tanto tiempo el reunirnos hubiera parecido una labor titánica, sin embargo, bastó una llamada que se propagó como virus para que todos, menos Paco, quien no recibió la llamada, por fin fuéramos puntuales. Pero ahí estábamos, como en los buenos tiempos.

A Paco se le quería mucho al igual que a Luis su hermano, sin embargo Paco siempre había sido el impuntual de los impuntuales, se salvaba de nuestros regaños porque siempre llevaba a flor de labio una increíble y divertida historia para justificar sus retrasos.
En esa reunión el único que se veía extraño era Luis, quien a su vez era el de mejor manufactura de los dos hijos que conformaban su familia.

Ese día Luis, con un llanto autentico, me dijo que envidiaba a Paco aún cuando a Paco lo hubiera despedazado la noche anterior, en un brutal choque, un camión de valores y lo estuviéramos, de cuerpo presente, o lo que quedaba de él, velando.

Me explicó que le hubiera gustado ir en el auto con su hermano y haber muerto de una vez, así, sin sentir nada, ya que no se le hacía justo estar en el velorio sintiendo en carne propia el dolor de sus padres, me dijo que era la peor chigadera del mundo verlos sufrir por la muerte de un hijo pudiendo llorar de un jalon la de los dos, ya que a él, por culpa de la leucemia, le quedaba, acaso y con suerte, dos meses de vida.

Gayo. 27.12.10 recordado, sencillamente recordando.
Nota el verdadero nombre de Luis era Tsuyoshi, no me preg
unten el porqué.

domingo, 26 de diciembre de 2010

Me vengo

Puede vivir escondido atrás de tu silencio
o dentro de la caracola rosa donde te guardé
mi aliento por si te llegaban días de hambre,
echado sobre una duna blanca en alguna de las playas
que fuiste a buscar, pues alegabas que desde ahí
el horizonte mar no tiene fallas,
debajo de tu colcha de figura de animal
donde te dices fiero y
en donde perjuras que te basta invocar a Onán
para mentirte que ésa caricia tuya es vasta para
sacias tus ganas de las ganas de mi alma.

Cada quien se esconde donde puede de sus penas,
de los dislates de su alma o
de los fantasmas inducidos y anacrónicos,
sólo uno sabe que tan fieras suelen ser sus hordas de cangrejos.

Yo que afortunado soy de ser un previsor
de asuntos para el alma, escogí rincones secretos
para esconderme cuando no estuvieras más y
el viento no trajera hasta mí vestigios de tu aliento, y
tú que eres de intuir ya debes de saberlo.

Me escondí ahí en la parte de tu cuerpo donde
nace la manzana, por si otro beso azuza en ti la flama de las ganas,
me guardé en los nidos de tus antebrazos nada más para reír
cuando otros dedos intentaran una amantísima caricia y
tú se la frustraras con una carcajada,

me guardé en los cuencos de tu cuerpo para estar si duda en ti;
en cada ajeno embate, en cada húmeda y viperina lengua,
en cada mirada a otro cuerpo que te prenda y
te haga morder los labios para no evidenciar que
estando ahí, está tu cuerpo, pero en mí tu alma,
en tu tafanario no mi amor, porque ahí me gana
el descontrol y si me vengo, y
tú sabes que jamás he disfrutado la venganza.

Puedes pues, príncipe de silencio en guerra,
esconderte atrás de de donde quieras,
yo estaré, ahí y aquí por ti, esperando que lo entiendas.

Gayo. en una tarde en donde los rastros del cordero son tan fuertes en mí, como su huella.

Bien pendejo

Casi dos años mordiendo tu silencio,
especulando sobre si aún recuerdas como yo
el acento de la voz que puse en prenda
de mi amor
en esa caracola rosa,
maldiciendo a la moral que te inculcaron
los arcaicos mercenarios de la voz del ultimo profeta y
que te hicieron hacerte ojo de hormiga,
borrarte de los mapas,
hacerte agua pasada,

maldiciendo las distancias y fronteras y
temblando de emoción al ver los rulos
de otra espalda en cualquier esquina confundiendo
mi deseo de tomarla con mis manos y
de nuevo verte en ella y no verte,
visitando las boticas mas ancianas
en busca de jarabes o remedios que me pierdan
con sopor de los vestigios de tu aliento.

Tanto y
tanto tiempo inaugurándote a diario un poema
de desprecio
sin poder pasar del primer verso en donde me desprecio
por querer prender los cirios y
al final de un rezo hacerte el duelo,
jurándome,
mintiéndome que de ti ya he sanado
aunque nunca olvidaré tu acento provinciano y,

entonces tú,
no sé porqué ni para qué,
te agarras del valor que no tuviste
para hace destino a mi lado,
te muerdes con denuedo un labio,
la playera, un huevo, la moral y
masticas los infundíos que te inculcaron
los mayores de tu tribu y
que dicen que el amor jamás se da entre manzanas, y

me hablas, y
descubro que aun de ti estoy enfermo,
que aun me sé el acento del sisear de tu palabra, y
me siento en la banqueta para no caer mareado y
te recito sin dejarte hablar, dos años completos de palabras, y
al colgar vomito y
la mirada se me cristaliza, tiemblo,
quedo mudo, más que mudo hecho un pendejo;
ay Jesús, ¿qué querías decirme?

Gayo.24.12.10 en una tarde de 24 diciembre en la que ya he cortado el romero para el cordero, ya hay pan, sal y vino sobre la mesa como cada tarde por si alguien viene, ya pedí al Don que perdone los pecados que me cometieron y ya le pregunté de nuevo irreverente; ¿Porqué sólo esta noche?, ¿Qué acaso no nacen jesúses cada tarde, cada noche, todos los mañanas?

Principiando

Hay veces que engancharte de la espalda
usando las interrogantes
cual si fueras res en el canal no es suficiente
para que la libido se quede lívido cual cirio fantasmal y
comience a olvidarme de tus fuegos de artificio.
Hay veces que no basta con abrirte en dos
con el filo de un paréntesis y
explicarme que la carne sólo es piel y músculo y
que sin alma como fue la tuya no merece
el insomnio por el día al soñar los sueños de a de veras.

Hay veces que no alcanza el ayuno de tu piel de miel
ni del jarabe de ese tu mirar tan dulce para aminorar
el empalago de mi boca ni el dolor de cada una de sus caries,
hay veces que el vomitar tu piel de leche con mis letras
no me calma,
no me dice nada,
no atenúa tu partida ni me llega la esperanzas
de que dos puntos suspensivos le precedan
como hormigas a tu acido silencio.

Hay veces que el había una vez del cuento
sabe sólo a que azul celeste es tan sólo cyan y blanco y
no el color del príncipe del viento, y
me sabe a farsa,
a mentira y como tal la miro y razono y
me siento a escribirte de una vez y
para siempre que hay veces que ya sé, caramelito,
cual es la formula remedio para encerrarte en el olvido.

Gayo. 22.12.10 en una tarde en que rumiar no es suficiente,

lunes, 20 de diciembre de 2010

Fantaseando

Todo era y fuimos fantasía cariño,
éramos las paginas de la mitad de un cuento de ilusiones,
cosas del lenguaje de la piel y
sus perversas sensaciones,
nada serio,
nada de mortal sentencia,
nada que infectara de verdad la verdad del para siempre.

Tal vez sólo sea el fantasma
del que hablas cuando sueñas en voz alta
aquella imagen fija
que tuviste al ver palidecer cual cirio blanco
al cielo raso mientras con mi piel cubría la tuya y
las blancas sábanas nos descubrían al ondear
como si del bao del bajel que fue ésa cama
fueran trapo la tarde en que los tres tres;
tu piel que era mía, la mía que fue tuya y
la piel sábana del lecho flotaban sin saber que afuera y
muy arriba,
la luna se sabía tanta luna,
engalanaba al cielo como tanta luna,
que de tanto que era y se sentía aprendimos de ella,
de la piel del tálamo y la nuestra,
que hay fantasías que por mucho son más verdaderas,
que la realidad, caricia mía, que la realidad completa.

Gayo.20.12.10 en una tarde tibia en que la piel se eriza y pide a gritos aquella piel que se sabía a tanto a almíbar, que sabía a tanta miel, que aun no termina por ser recuerdo, o sencillamente hiel.

Relative ando

Esa tarde en el hostal de paso
que debió de ser de fijo hizo mucho frío,
era tanto que no cupo en mis angustias y
se me escapó del cuerpo a helar los rastros
de tu espalda cuando te marchaste,

¿hace cuantos versos que te fuiste?
¿hace cuantas pieles relativas han pasado
por tus manos recordándote la mía?

La tarde
en que la tarde fue de piel y no relatividad parte del tiempo
copuló con la esperanza, con la mía,
ah, bella tarde, y con tu; ya es tarde, te regalo los recuerdos
¿botaste mi moral junto a la ropa o la guardaste
en el cajón como te dije? ¡Dime donde!, tengo prisa, ya es tarde y
me regreso con mi tribu.

¿Sabes? aún te llevo en las cosas relativas a la mente,
sin embargo sé, que si el corazón entendiera de razones
hace muchos versos luz que ya serías culto anacrónico y pasado.

Gayo. 19.12.10 en una tarde en la que las palabras todas me saben a sus palabras cual la borra de carnada con la que pesqué como anzuelo, de la fosa, bella fosa que es su ombligo, su olvido.

jueves, 16 de diciembre de 2010

Re cuerdeando

Han pasado otros cuerpos por la habitación
de paso
donde el paso de otro tiempo al que no pertenecíamos
se ha quedado ciego,
se ha quedado mudo,
se ha quedado invalido de versos
al perderse entre los ruidos de otros verbos,
entre los esgrimas chatos de una sola espada,
en los recuerdos finos como aurora de tu espalda.
Se han posado otros seres en el tálamo
al que bendecimos al crucificarnos
con amor en paralelo,
con pasión de dos en uno,
con humedad que a ríos sobre la piel formaron
sólo sales,
un océano,
ríos de sueños.
Han dormido y no dormido en esa cama otros fríos
que se han muerto tiritando en la ducha sin mis brazos,
sin poesía del artesano de calor que fui contigo,
con la indiferencia del parpadear de la persiana
que se clausuró de luna llena y
de luciérnagas que iluminaron nuestros cielos cual luceros.
Han pasado otros cuerpos que no tiene nada que ver
con el recuerdo de tus pecas y lunares
ni de mí ni de mi absurda forma de adorarles,
cuerpos que no hicieron como yo,
por no saber como se hace de un cuerpo,
cartas, cartas de bóvedas astrales.
cuerpos que se desnudaron de la ropa, y no sé,
tal vez también como nosotros, de prejuicios y
y anacrónicas morales.
Se han cansado de esperarnos y
vendieron mi mejor recuerdo al mejor postor,
con todo y el escenario.


Gayo. 16.12.10 en una tarde recuerdeando un hostal de paso que debió de ser de fijo, pues cuando ahí morábamos, moraba con nosotros la luna, los luceros, millones de fuegos de artificio, y curiosamente triste en un rincón, la felicidad de paso.

Siempre ganas

Hay días en que sé que nada es cierto,
que no se puede,
que tal vez nunca se pudo y
vivo en un anticipo de recuerdos,

hay tardes que se llenan de tu piel y
de mis ganas de tenerte,
de toda mi imaginación volando en pleno y
de sentir a una cuarta de distancia
tus años de miel y leche
en mis dedos mi pecado de cordero,

tus axilas nidos de mis manos y
tu vientre en movimiento
sorteando gravedad sobre la sábana,
mis manos estirando las y griegas de tu cuerpo,
tocando tus rodillas castañuelas y
la almohada besándote los labios y
bebiendo tus gemidos,

la carne envuelta en carne cociéndose en sus jugos y
jugar sobre la plaza de tu espalda a
trenzar con tus cabellos la cuerda del cadalso y
declarar beligerancia y paz midiendo tu respiración
como entretiempo
hasta que la fuerza de mi cuerpo
obligue al armisticio de tu cuerpo.

Gayo. 14.12.10 en una tarde en que las ganas de ver ondear unas sábanas blancas sobre la cama son tantas como tantas blancas sábanas ondearon el día en que la luna se sabía de miel.

martes, 14 de diciembre de 2010

Tarde ando

La tarde llora, sufre,
se cubre los ojos cada noche al escuchar
gemir al cielo por su luna,
media luna,
sin su luna,
por la oscuridad que queda y
le provoca en la garganta espasmos y
dolores,
por la envidia y
los celos de luceros,
de perversos sueños,
de besos ligeros que se cuelgan de ilaciones,
de promesas,
de verbos y
pestañas en lo oscuro de los tendederos.
La tarde una tarde fue de carne y
al caer las noches de rodillas
probó sus novilunios,
sus plenilunios,
de sus lunas de miel,
de hiel,
de cera y de hielo.
La tarde ahora envidia colmillos,
garras,
uñas y
rasgarle piel y mugre al celaje.
La tarde añora su razón y
odia los crepúsculos,
extraña ser mañana,
extraña ser más tarde.

Gayo. en una tarde en la que todo se hace tarde con eterna parsimonia.

sábado, 11 de diciembre de 2010

Adviento

Si por una vez en este adviento
cerráramos ferreterías y
carpinterías y
encerramos sólo unos días a los animales
para que abrevaran de la envidia y
respondan de sus culpas gritándole al cayado y
el milagro de los peces fuese un milagro diario o
tan común como el beber del vino que no hace milagros y
abriésemos los ojos y
mirásemos que a las manos le va mejor un apretón
que un estigma y
que al agua con vinagre fuese de uso corriente
para aprender a pasar lo acido tan bien como lo dulce y
el agua salada fuera la salmuera de la cena y
no cristales de los ojos que se enconan en el alma y
el sambenito dijera; aleluya ha bajado del palo horizontal
sin un rasguño en el costado y
camina sobre pasto y
ha recuperado del purpurado el verbo
que le ha sido secuestrado y
no le temen sus hermanos y
se ve tan joven, tan creyente de lo humano.

Si por una vez en este adviento
supiéramos que el viento es el motor de vida y
que sólo somos semilla de semilla iguales
unos que los otros y
el polvo no nos diera miedo y
previniéramos en el cajón nuestra mortaja y
al cerrar la caja de carton y
fuese un listón y
no unos clavos la que la cerraran,
quizá entonces nos miráramos para la tierra,
tranquilos,
plenos, tal como regalo.

Gayo. 08.12.10 amen.

Es que…

No es lo mismo aunque lo sea, el cielo negro de obsidiana
con sus brillos de luceros o los luceros dando pena
recogiéndose los hombros como lágrimas en gotas
que un cielo oscuro transparente y
sin nubes en donde se muestran como siempre las estrellas.

No es lo mismo las gotas de la mar de mis angustias
escurriéndole a mi vida, o tus labios de navaja
brillando en mi memoria confundida, que el llanto llano y
seco que escurre en las mejillas cuando recuerdo
tu sonrisa curva como garra, como garfio, como amarras,
como carnada para cada sueño vivo.

No es lo mismo la poesía o la vida misma sin la misma, ni
los suspiros que al fin y al cabo sólo son de aire, ni
la vida tú conmigo, que tú allá con mi vida en tu ombligo,
que ser yo ahora pan antiguo en el diario de tu mesa,
que de nuevo ser sólo, solo harina.


Gayo . .10.12.10 en una tarde tan fría que se le mira el rostro blanco como harina, amasándome un futuro con olor a pan y buenos días.

miércoles, 8 de diciembre de 2010

Interrogantes

¿Qué de malo hay en el regarle a tus espaldas
los surcos y laderas a tu pecho y
esperar con ello que te surja otro rincón,
humo en las axilas, una escalera más para mis dedos,
un nuevo pasillo, otra encrucijada
que me sepa a atajo a tu alma?

¿Qué de malo hay en la humedad
que dejas con tu vaho en mi bao
serpiente absuelta de nuez y de manzana?

¿Qué tan malo puede ser el entregar el ser
bajo la complicidad del guiño de persianas y
que sea la muda luna quien le ponga color a tu zalea
mientras los nervios nos estallan entre fuegos de artificio?

¿Qué de malo hay que a tus espaldas le mienta
a la verdad diciendo que por ti y en ti no sienta nada?

Gayo. 08.12.10 en una tarde pensando como pagaré el teléfono y qué haré con las cuentas por saladar que se quedaron en la mente como mugre entre las uñas…

lunes, 6 de diciembre de 2010

Pensando

Príncipe de azul de cuentos para niños
corazón papel cuché con ilustraciones de fantasmas,
para morir de ti me sobra vida,
he de saltar la verja a mirar los otros prados y
a saldar las cuentas olvidando las sales
con las que endulzaste el te y el pan de caja.

Bajé cuando subía la marea y me ahogué entre las hieles,
fui al bautismo a tu cuesta arriba creyendo
que tu ombligo era el atajo a tus labios
y tus labios al sendero de tu alma.

Ahora que lo pienso en seco y que la humedad
es costra blanca en la cremallera y
que el uno y uno sumó uno y no futuro, y
que por las noches tu piel de humo
hace goteras en el cielo raso junto a su ombligo la bombilla,
sé que no debí quererte más que en ese instante y
no más en los mañanas que me quedo en la cama
más de lo que debo, más de lo que pago,
sé que no debí entender tu mirada verde acertijo
y si dejarle a tu paso hacer la broma del agua entre las manos.

Gayo.06.12.10 acá en una tarde pilateandome las manos hasta que queden limpias de piel y huellas de almas chocarreras, y amandote Jesús, amandote

domingo, 5 de diciembre de 2010

Vícti meando me

Fui la víctima de atar en tu pasado,
el beneficiario de quedarme
con lo que se siente darte un beso y
quedar sobreviviente casi vivo
casi muerto,
completo el heredero de lo que quedó
pendiente entre los sueños de soñarse y
los sueños de a de veras,
el guardián de la puerta en la estación
donde se aparea la obsesión con la esperanza.

Fui el loco de atar que ahora que ha madurado
es el loco de la inmadurez de haberte amado.

Soy el tipo que sobre otras pieles extraña
las distancias contadas con la cuartas de las manos que,
aunque al terminar la auscultación en braile aplauden,
no cuentan con exactitud las caricias que dejé
en tu espinazo mi astracán cordero céfiro de mis suspiros.

Soy el sacrificio en tu pasado que no entiende
lo extraño de extrañarte en el presente y a futuro,
el loco que sanó al entenderte las razones,
pero que aún no cura del todo de la insensatez
de la verdad de tus pasiones.

Gayo. 05.12.10 en una tarde loca, según sus razones, en la que asfixia con el calor del asfalto y donde hiela la razón debajo de las sombras.

sábado, 4 de diciembre de 2010

Merengue ando

No lamento el haber escrito
en tu espalda ese verso que se escribió
con tinta blanca a pesar de la complejidad
que había en las vértebras
de tu columna salpicones de merengue,
de los abismos de mi mente que se extraviaban
con mi vista navegando por los rulos de tu nuca
entre tu sima y el nadir de mis pasiones,
olfateando tu cuello que se derramaba
de bendita sal en forma de gotitas de sudores.

De ello no lamento más que los lamentos
-y sólo por broma-
de mi boca al sentir tus labios de carnada
sucumbiendo en el anzuelo garfio de mi carne,
lamento no haber sido una fiera como fiera era tu mirada
que después de desnudar mis carnes
no subía o bajaba del meridiano debajo de mi ombligo,
lamento, príncipe de mi ego,
no haberlo copiado entre mis piernas
para leerlo y releerlo y
saborear y
saborearte el recuerdo piel cordero.

Sé que no sabes de lo que hablo,
pues tu espalda está vetada a tu mirada
como están vetadas las caricias de mis dedos
con la salvajada que impusiste con la infeliz distancia,
pero mira,
hoy me siento digno y
quiero que regrese a mi feudo ese verso,
hagamos una cita y
si leo que lo escrito ya se encuentra como escombro,
lo escribo de nuevo, o dime caramelo;
¿Crees qué tu piel color venera peregrina no soporte más mis tintas?

Gayo. 3.12.10 en una caída de noche con todo su estruendo, tapándome los ojos para no escuchar al cielo gemir por su falta de luna, para no verlo negro, solo, oscuro sin un lucero que le comprenda.

Pasiviando

Cuanto dolo vive en el morirme
a rabiar en la pasividad de tus piernitas
de senderos cuando al pedido de mis manos
se bifurcan y
sus entre veras acarician mis mejillas
cuando voy de misionero a
rendirte pleitesía en la ermita de tu alma.
Que placer cuando haces gala de tu pecho como fuelle
cerca de mi frente, valle de volcanes fracasados…
que serenidad,
cuanto piélago en calma cuando te conviertes
en la sal y aguas de mis peces,
cuanta paz de campo beato piel de mis demonios
cuando sin chistar te sacrificas por placer
ante los designios de mis escandalosos desenfrenos,
cuan pasivo es tu cuerpo con el mío cuando adivinas
con vientos y mareas de tormenta
que esta noche aquí en el lecho quiero ser tu emperador,
sólo tu dueño en tu mente y
no de tus feroces convulsiones emulo de Eros.

Cuánto dolo hay en mi querer de ti respuestas
de cerril actividad con cada hueso,
en los milagros de tus labios,
en la contrición de tus deseos y
en la contracción de cada músculo.
Pero en tu voluntad pasividad completa,
majestad , claro, sólo con tu venia …

Gayo. 04.12.10 en una tarde sabineándome la vida de nuevo y haciendo de una vez barquitos de papel para la temporada de lluvias….

viernes, 3 de diciembre de 2010

Con jurando

si la vida se sostiene por instantes y
un instante es el momento de existir,
si tu vida es otro instante,
no comprendo; tantos siglos, tantos mundos,
tanto espacio… y coincidir
Silvio Rodríguez


Así como los estigmas de tus manos
alejaron bien
en nuestro querido tiempo las ganas
de otras manos,
las ganas de curar mi cicatriz
con otros dedos,
el placer de perfumar mi aliento
con la rosa de otros vientos y
la intrepidez de querer explorar
rincones olvidados
en los sures o los nortes de otros cuerpos,
también,
el bautismo de tus sales en mi pecho
ha construido maravillas con el tiempo y el olvido,
la mesa, por lo menos, terrón de plenilunio
se conforma ya de tu siniestra ausencia y
en la ante cama el caos y
el desorden del flagelo que le infringíamos
al piso con tu ropa y con la mía
es histeria añeja,
es antigua historia,
acaso reflexión moderna,
pero la fotografía, caramelo,
esa con nuestras horizontales y desnudas risas,
hoy conjura atesorada debajo
de la almohada
cualquier intento de soñar con buenos sueños.

Gayo. 3.12.10 en una tarde dándole gracias a Dios de haber coincidido contigo Jesús

jueves, 2 de diciembre de 2010

Hablando en serio

Cómo quieres que te diga que te amo
si al mirarte sé qué lo qué diga
romperá la magia del bello silencio
que hay en el mirarme en tus pupilas,
cómo quieres qué te diga algo
si al andar a tu costado
pierdo el habla al mirar la luz de tu palabra
cuando sale de tus labios y
mi lengua sabe a cristales rotos
que podrían formar espejos y
el intento de decirte todo quedaría en la redundancia
que existe en silencio de no saber decirte nada,
qué te digo si al saber que estoy contigo
me haces tanta falta que me falta la palabra
para agradecerle al silencio que no escuches el crujir
de éste mi glande que también te ama.
Creí qué escuchabas los brincos de mi pecho y
que con eso era bastante,
torpe soy amor de la palabra,
torpe soy de los acentos y
de los puntos y las comas,
pero, mira, hablo en serio,
dime; ¿cómo quieres que te diga que te amo?

Gayo. 2.12.10 en una tarde como la de ayer y las de siempre; extrañándote Jesús

Circuleando

Ahora que no estas conmigo
no puedo dejar de pensar
lo que es de ti cuando mis manos,
mis ganas y
mi alma se atoran con el tiempo de ocio
que antes era en tu empeño, y
te hablaba, y
te miraba, y
te tenía, y
te adoraba y
solo pensaba en ti, y sólo pensaba en ti.
Ahora, no lo digo a nadie más que al que me lee,
creo que soy el profesional de un circulo pendejo,
pues siendo objetivo,
estando tú en mí, pensaba en ti, y
estando tú en la punta del carajo sigo sin remedio,
pensando en ti.
Acaso tú me piensas o se te abre alguna impronta o
me miras como yo creo mirarte
en la espalda de un fulano extraño
que usa tu misma popular fragancia cuando pasa a mi lado, o
das vuelta a tu cabeza como yo lo hago con la mía
cuando al sonar una lejana nota,
un silbido,
una mentada en santa madre,
me recuerda el día que con tu mirar en mi mirada
le doraste la mirada al sol con tus destellos.
¿Qué estarás haciendo allá debajo de las nubes,
aún serán las de mi humo donde se cobijan
los cielos de tus sueños?
¿Ya te habrás dejado preso por el alfa o el omega
de aquella jauría en celo que celaba mi cabeza
cuando tu tiempo era mi tiempo y
los pequeños intermedios nos sabían a viceversa?
¿Ya te habrá visto como yo, otra victima atar
los cordeles de los tenis tres minutos antes de pararte,
salir y
cerrar la puerta tras tu espalda dejando
atras el alma del que queda arrumbado en la cama?.
Carambas, soy profesional sin duda
del circulo perfecto,
pues no dejo de pensar en ti, y
carajos, tampoco, como cuando estabas,
no puedo pensar en mi.

Gayo. 3.12.10 en una tarde hermosa, después de una hora a solas con el psicólogo, descubriendo que tú sólo eras obsesión, y yo sólo un obseso.

Luz y Fer

Vamos a prenderle fuego
a las garitas y
a meter en un sobre amarillo las distancias,
hagamos puerto en tu espalda libre de frontera y
dejemos que sobre tus bellas blancas nalgas
surque la poesía,
yo la escribo terrón de luna caramelo,
tú le pones con tus faltas de geografía
los acentos;
unos que miren hacia el norte y
que bésén,
otros que cierren sus ójós de perversos jueces, y
algunos otros que se aniden
en los sures de rincones casi descubiertos.
Vamos caramelo a prender cabello y vello
con las manos de gusanos,
con lombrices que repten y
humedezcan,
que se aviven y
penetren por la dermis hasta que de médula se atasquen,
vamos, anda, anímate,
toquemos pezones y
tambores,
dianas con las puntas de saetas,
escribámonos en las piernas
la señal de la serpiente y
junto al corazón un manzana,
prendamos fuego a las fronteras,
¡fuego a las gargantas! y
timbremos el sobre amarillo
en dirección a la chingada, y, después despacio,
preñemos a la Luz para que tenga un hijo
al que el agua lo bautice como Fer,
total, lo escrito, son sólo cuentos de moral,
atrapados entre las fronteras


Gayo. 01.12.10 en una tarde no muy bella, por fin entendiendo la recomendación de mi psicólogo de ir a ver a su psiquiatra, iré, total.
en una tarde cualquierando los recuerdos, sin café, pero con encendedor y entre mis dedos un rubio de tripas como aserrín. Esperando la salida de la madre luna a la que el señor, por móndriga, le ha borrado un cachetito.

Gorroneando

Me gusta el canto, gorrión de bellas alas,
del timbre de tu puerta que
incomoda las altas entrañas de mi pecho.
Me gusta el agudo dolorcito
de la incertidumbre de que no te encuentres,
pues placer que se posterga,
más placer entrega cuando te me entregas.
Me gusta el aleteo alas de ángel,
del gorrión que eres cuando cantas,
que tu canto es dolorcito fino que se queda
retumbando entre mis sienes, cuando
cuerdo no te encuentras, ahí revolando,
entre mi pecho y mis cariños.
Me gustas tú porque incomodas dulce mi existencia,
me gusta tu aleteo lindo de inocencia y
la mayúscula experiencia que ya tienes
de arañar volando, los fondos de mi pecho,
caramelo, gorrión de alas de ángel,

Gayo. 1.12.10 en una tarde, no muy bella, meditando y sobre todo tratando de entender en el porqué mi psicólogo me recomendó a su psiquiatra.

Ojaleando

Hay veces que no basta hacerse el fuerte
con el pretexto del nudo en la garganta y
la oración por lo bajito al alto cielo.
No, no me basta con escribirte a veces y
tratar de terminar el duelo con un gracias hasta pronto y
después quemar lo escrito, y
mirar al cielo y
tragar candela o masa o mierda y
llenar con ello el pecho abierto de los sacrificios.
Hay veces que basta con esas metáforas
que hablan de partir en dos el corazón y
querer hacerlo real en un descaro de a de veras y
sentir la punta del puñal en carne viva y
sentir la sangre, y
sentir que muero sin reservas, y
sentir lo imposible, que seas tú por mi quien casi muera, y
después casi cobarde pedir que se haga realidad
un ojalá con una mano casi con tus dedos,
con unos ojos que me miren casi verdes como tu mirada,
con unas piernas tuyas-mías de y griega casi abajo de mi ombligo,
con una piel de astracán tuya casi mi cordero en mis manos,
en mi caza en mi puerta presa mía,
en mi casa templo para orarte tiempo para orates
de un casi viento que te traiga a mis brazos ojalá en un descuido casi tuyo,
en un casi tú a veces aunque ya no sea lo mismo.

Hay veces que hacerse el fuerte sólo es muestra
del desorden que se tiene, del despojo que dejaste,
del casi creer en los pecados de nuez o de manzana, y
del sentir que a solas nada llena, nada basta.

Gayo. acá nada mas viendo que cuando se ojaléa, la realidad es más ladrona, pinche perra.

1 de diciembre…

La muerte de cualquier hombre me disminuye porque estoy ligado a la humanidad; por consiguiente nunca hagas preguntar por quién doblan las campanas: doblan por ti. John Donne,

Cómo quisiera decirte que por ti por fin se asfaltan las aceras,
que a cada farol le han puesto su pantalla,
que se adoctrina con suma tolerancia e
inteligencia en las escuelas,
que se mira bien que el padre de la casa o
del convento le regale protección a quien lo pide,
a quien lo busca,
a quien por inexperiencia está completamente expuesto.
Pero todo sigue igual,
las noches caen con su mismo estruendo a sus mismas horas,
con su misma luna,
con cada uno de sus bellos luceros,
con el cirio encendido a tu memoria
el día en que cada mes recuerda tu memoria.
Cómo quisiera poder comerme los ojos y
el corazón y terminar con ello de una vez por todas
esto de mirarte inocente,
de dejar de ver que te contaminaste
porque ibas con tus ojos encantados de buscar el sexo,
de buscar pasiones,
de buscar en la cara del azar el reto,
de jugarle al vivo a la estadística del muerto,
salud por medio de una inyección de vida o
vida en una transfusión de semen.
Cómo me gustaría decirte que el día aquel
que me guiñaste el ojo dejé pasar de largo
el rato de placer que me ofrecías porque
sólo había amor, pero no suficientes garantías,
que el uno de diciembre se escribirán poema
sin hablar de intolerancia ni de muerte,
festejando esperanzas con el corazón
abierto aunque le entre frío.
Cómo quisiera decirte que encontraron
la vacuna en contra de las caries y
la del cáncer y
la de la maldita enfermedad que atenta
en contra de algunos desenlaces de la calentura,
de la pasión,
del desenfreno y
hasta del amor entre célibe y virgen.
Pero todo sigue como sigue;
a tus calles les han hecho cirugía y
les cubren sus postes de besarse en clandestino o con permiso
con pósters de publicidad del un día más de no hacer lo suficiente,
los cubren con esparadrapos, pues la pena es harta
pero ya lo sabes, el cinismo es lo que gana y pregonan
que medios para maquillar sus cifras si existen,
que cifras para minimizar el daño es lo que abunda,
que se marcha bien en los laboratorios en contra de la gripe,
que lo creas o no, la batalla en contra de una influenza inventada
se ganó porque los gerentes de la tierra
nuevamente se empolvaron bien las manos
¿con qué se lava la mentira, con que se traga el engaño?
Cómo quisiera decirte que te extraño
aunque nunca haya tenido el gusto de estrechar tu mano, y
que se está aprendiendo a no tirar la piedra o
por lo menos a no ocultar la mano,
decirte que no del corazón de todos has sido dado de baja,
que no eres simple estadista,
que sólo fuiste una victima y que por ti,
por él,
por mi, y
por ellos que dicen que jamás tuvieron un desliz,
también doblan las campanas.

Gayo. 30.11.10 en una tarde sin mucho que decir, viendo que el uno de diciembre es el día internacional en contra del sida, enfermedad que atenta directamente a la intimidad del ser, sea lo que sea que haya hecho.