No es lo mismo aunque lo sea, el cielo negro de obsidiana
con sus brillos de luceros o los luceros dando pena
recogiéndose los hombros como lágrimas en gotas
que un cielo oscuro transparente y
sin nubes en donde se muestran como siempre las estrellas.
No es lo mismo las gotas de la mar de mis angustias
escurriéndole a mi vida, o tus labios de navaja
brillando en mi memoria confundida, que el llanto llano y
seco que escurre en las mejillas cuando recuerdo
tu sonrisa curva como garra, como garfio, como amarras,
como carnada para cada sueño vivo.
No es lo mismo la poesía o la vida misma sin la misma, ni
los suspiros que al fin y al cabo sólo son de aire, ni
la vida tú conmigo, que tú allá con mi vida en tu ombligo,
que ser yo ahora pan antiguo en el diario de tu mesa,
que de nuevo ser sólo, solo harina.
Gayo . .10.12.10 en una tarde tan fría que se le mira el rostro blanco como harina, amasándome un futuro con olor a pan y buenos días.
sábado, 11 de diciembre de 2010
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