viernes, 9 de septiembre de 2011

Sé todo

Con tus piernas de borrón de lápiz
de la mano del niño en su cuaderno,
delgaditas cual borrasca distante
en el horizonte que se acerca,
con tu mirada brillante
de obsidiana,
lacerante,
frágil,
con tu cuerpo envuelto en la piel
de azúcar mascabado, clarita donde
no le da el sol por la pena que le da llegara ella, y
tus manos que no saben lo que quieren,

con tu risa de granizo en la ventana,
con tu lengua de anzuelo y
acertijo
con tus labios que saben que me quieres y
tampoco saben lo que quieren,

con tus besos de esquina clandestina y
tus dedos reptando por mi vientre cual gusanos,
te quiero con tus noes y
tus seis y
el odio que me tienes cuando te hablo y
descubres que sé de tus locuras atadas
a tu cuerpo y
te pido que tengas cuidado
al sembrar tu pasado de fantasma,

te quiero aunque te vayas y
jamás regreses, aunque te sientes
a pescar lombrices con el cordón de los zapatos y
te caiga tanta lluvia que se alacie tus cabellos y
otra idea, otro cambio te florezca,
te quiero con mis ojos de no estar enamorado
porque sé todo lo que eres, porque se quien eres.


Gayo. En una tarde que pareciera propicia para levar anclas, para levar banderas blancas, para solicitar un armisticio, o para fingir una derrota en lo que todo pasa.

Nota 1. La palabra se queda donde uno la pone, por ello hay que ser cautos al ponerla.

Nota 3. La nota dos sigue con sus querellas, al parecer levantará ante algún poema sus banderas de huelga.

Encantos

No lo sé, tal vez creíste que ese; adiós, me dueles porque te amo, me desintegraría en un tris de la faz de la tierra, o que me convertiría en parafina y al día siguiente con el calor de la mañana me encontrarían como un charco sobre la acera, o tal vez, hubiera sido mejor, me trastocaría en una verde manzana y alguien me pariría en dos con su afilado cuchillo para después meterme en la licuadora con un poco de agua y azúcar y luego apretar un botón hasta que quedara la piel y la pulpa mezclada uniformemente con el agua y servirme en un vaso de cristal, beberme sin que tuviera oportunidad de mojarle los labios y le calmara la sed por un rato, por un instante, por nada, no se hubiera molestado, es usted muy amable.

Pero no ocurrió nada de eso, a lo mejor en vez de decir lo que dijiste debiste expresar doctamente; abracadabra, o quizás alguna palabra mas encantadora para que por mi fin, dejara de cumplir mi promesa de amarte, quién sabe, tal vez la luna no estaba en la posición correcta o peor aún, no había luna en el firmamento, ¡ya sé! dijiste las palabras certeras y moviste tu barita en proporción correcta para que mi cara se volviera el amasijo de lágrimas que es ahora y mi alma pendiera de un hilo y mi cuerpo se encorvara buscando por el suelo una respuesta. Bah, qué sé yo, lo que diga no importa, total, de encantos solo conozco tus ojos y tu palabra.


Gayo. 8.9.11 en un medio día escondiéndome del sol que en la calle me abrasa el cabello, los hombros, la espalda y me hace sentir mas miserable al comprender que es lo único que tengo para abrazarme.

Nota 1. ¿de donde salio la acepción onomatopeya? – de un pollito al cruzar la calle cuando volteo y vio que venia un auto a toda velocidad y dijo – oh, no, me atopella….tssst

Nota 2. Los pollitos no hablan…

Nota 3.que ganas de sembrar otro septiembre, uno sin mentiras, sin héroes de pacotilla, sin gritos de independencia. Que ganas de sentarse en el sillón a disfrutar la libertad sin aspavientos, sin televisión, sin presidente.

lunes, 5 de septiembre de 2011

Enferma

Esta tarde se quebranta,
le llueve tenue en sus aceras
y en el horizonte no se colorean
sus mejillas, nadie pasa, no se abren
los capullos de paraguas y el silencio
es de campo desahuciado, llueve lento
como queriendo atrasar la llegada de la noche,
como si tuviera miedo,
como si esta vez no pudiera esconder
la cara en sus nubes de almohada,
pide luna en la pared,
pide una luz que le alumbre la mirada,
esta tarde no está bien, debe estar enferma…

Gayo. 2.9.11 en una tarde diferente, extraña…

No importa

de donde venga, si de la alborada fresca que despierta
su modorra en las tejavanas con los últimos
maullidos de las gatas o del silencio triste
de quién no encuentra
luna para aullarle y reventarse la garganta,
si regreso, acaso, del medio día de un domingo
con sus frustraciones,
con sus planes,
con sus cantos,
con sus hambres o de las buenas tardes cómo están todos en casa,
no importa si vengo o regreso -que es lo mismo-
del odiarte tiernamente con toda el corazón y
desear que te enamores a rabiar hasta que pierdas
en la almohada las lágrimas de todos los mares,
la conciencia y
luego sin piedad y
sin mirar atrás no te digan nada y
te abandonen,
o de rezarte y
botar la servilleta en donde te escribo el poema
en donde caben todos los besos y luceros,
lo mismo da de donde venga,
de un camino de ida que otro de regreso,
lo mismo da el olor de las fragancias mezcladas
con el aromas de los cuerpos que el aroma
de los cuerpos que no huelen a nada,
no importa si es en un autobús de vuelta
en donde no cabe ni un alma y
siguen abordando cuerpos,
gentes y
seres que nunca supieron que tenían alas,
no importa en donde esté o en donde me difume,
si me escondo entre las palmas de mis manos
o debajo de las sombras, si camino rápido
o me detengo a fumar en una arista de la vida
que después será allanada por alguna otra ilusión amante.
De todos modos, amor de manzanilla,
no importa si soy los pasos del león en una jaula y
vengo sin ti del amarte que es el lugar en donde me dejaste,
total, vengo de las noches con los ojos cerrados de soñarte
a soñarte despierto con los ojos abiertos de adorarte..

Gayo31.8.11 en una tarde en la que su silueta se escondió atrás de una sombra que pario su luz en mi recuerdo.

Nota 1. Me he cansado de fumarte mensajes de humo, de escribirte en al vapor de las tazas del café que nunca platicamos, de escribirte y botar al cesto el poema en donde caben todos los luceros y los besos..
.

Diferencia

En ocasione siento que te burlas
de mis días de morder las uñas y
de mis noches de bajarte estrellas a pedradas,
del viento que despide mi aliento cuando
me ensaño con las margaritas,
con el té de tila,
con diente de león y
con el maldito azar que juega a los dados en mi contra,
siento que te eriges como dios del olvido del paraguas
de las suelas rotas y
del llanto de las nubes sobre las aceras,
siento que te burlas del daño que le ha hecho tu mirada
a mis ojeras y
del hueco huérfano entre mis brazos que se enroscan
entre ellos pidiendo que te salves,
que regreses,
que te des, por Dios, en tregua, y
vengas a evitar la muerte de mi cuerpo
envenenado por su propia sangre,

siento que te burlas porque te odias y
por ello te castigas alejándote de mí
que soy el que ama en esta historia, y
navegas sobre tu amargura de no saber quién eres, y
¿sabes piel de azúcar?
tu desamor tiene los mismos síntomas
de tu amor cuando estabas, la diferencia
es que son más serios, un poco menos tiernos…


Gayo. 2.9.11 en una tarde con sol y viento, con avisos de lluvia por el rostro más al rato, con avisos de razón por sobre todas las sombras…

Nota 1. Cuando el amor es de verdad el desamor llega tierno, cuando el amor ha sido tierno el desamor llega maduro…

Nota 2. Le preguntan a un niño; ¿le temes al Diablo? Y responde categorico; yo no le temo ni al Malamen, ¿y quién es ese? –No sé pero siempre que rezan dicen: y líbranos del Malamen!


.

Qué haré

qué hago contigo ahora que me dueles
tanto de tanto adorarte,
ahora que mis labios saben a tus pies
en cada beso que se muere en otros labios,
ahora que comprimes todo lo que hay y
lo que sobra en mi pecho,
ahora que me brillas en los ojos de la noche
al descubrir tus realidades en mis ojos
de mirarte sin mí a tu lado.
Qué hago con lo que creí de palabras que venían
lindas,
tiernas,
llenas de esperanza y
de un plumazo sin piedad las has cambiado.
Qué hago con tu piel de mascabado
que no sale de mi piel de telón de fin de obra y
que sabe que la única razón para tu fuga
es que descubriste un nuevo huerto
en el que estas probando las mordidas y
el resultado de esos frutos.
Qué hago con tu voz de cielo y
de borrasca que truena en mis oídos
cuando recuerdo que el poema que ahora muere de silencio y
no pudo colgarse en tu pecho esa noche de tormentas,
de jabón y
ducha.
Qué haré, lámpara de luz, con tu caída
cuando tu pasado te persiga y
me hayas olvidado tanto que ya no te reconozca y
no sepa cómo encontrar la fuerza y
Dios no lo quiera, ya no pueda sujetarte…

Gayo. 5.9.11
Parto, voy al refugio del sueño, hoy veré caer una a una las prendas que cubre tu cuerpo, veré caer la salea que cubre tu alma, veré caer uno a uno tus huesos y cuando no quedes nada; te reinventaré…