qué hago contigo ahora que me dueles
tanto de tanto adorarte,
ahora que mis labios saben a tus pies
en cada beso que se muere en otros labios,
ahora que comprimes todo lo que hay y
lo que sobra en mi pecho,
ahora que me brillas en los ojos de la noche
al descubrir tus realidades en mis ojos
de mirarte sin mí a tu lado.
Qué hago con lo que creí de palabras que venían
lindas,
tiernas,
llenas de esperanza y
de un plumazo sin piedad las has cambiado.
Qué hago con tu piel de mascabado
que no sale de mi piel de telón de fin de obra y
que sabe que la única razón para tu fuga
es que descubriste un nuevo huerto
en el que estas probando las mordidas y
el resultado de esos frutos.
Qué hago con tu voz de cielo y
de borrasca que truena en mis oídos
cuando recuerdo que el poema que ahora muere de silencio y
no pudo colgarse en tu pecho esa noche de tormentas,
de jabón y
ducha.
Qué haré, lámpara de luz, con tu caída
cuando tu pasado te persiga y
me hayas olvidado tanto que ya no te reconozca y
no sepa cómo encontrar la fuerza y
Dios no lo quiera, ya no pueda sujetarte…
Gayo. 5.9.11
Parto, voy al refugio del sueño, hoy veré caer una a una las prendas que cubre tu cuerpo, veré caer la salea que cubre tu alma, veré caer uno a uno tus huesos y cuando no quedes nada; te reinventaré…
lunes, 5 de septiembre de 2011
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