martes, 22 de febrero de 2011

Lindeando

Sé que estoy viviendo en la linde
que divide tu mirada que me llega
buena y
calma y
en parte más carbona del cerebro
que se pierde fácil entre humo,
entre verbos,
entre motivo engañosos
que supuestamente nunca pierden la razón.
Sé que te has quedado preso al salir ileso
de todas las batalla de una sola tarde
cuando cuerpo a cama y
sin trincheras nos dimos lo que dimos
sin tregua ni armisticio
una cuarta arriba de la almohada y
una cuarta abajo del lábaro blanco
que fungía como sábana.
Sé que son cosas que pasan aún cuando
en la mesa se haya puesto previamente la baraja,
sé que un impulso lleva a otro y
luego el otro no sabe decir el porqué
las cosas pasan como pasan.
Sé que acariciaste las costras de mi alma y
en las cicatrices te entretuviste mirándolas
como medallas y
no como fracasos como en realidad debiste,
sé que estoy viviendo en la parte irracional
de tu momento y por descuido me he anidado
en tu mirada de esperanza
en donde, lo siento, no puedo navegar con calma.

Gayo 16.2.11 en una tarde donde la luna se ha sentido valiente y valiéndole muy poco los prejuicios y las habladurías se asoma desde muy temprano con su capa de verdad azul celeste, con su vestido de noche algo vetusto y con un jirón en el dobles que la hace verse un poquito no tan llena.

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