¿Sabes? oí mucho de ti y de ello poco me agradaba. Sin embargo he escuchado sin intermediarios tu palabra; eso es otra cosa.
Sé que aun recuerdas nuestras charlas cuando yo era un niño y que se espaciaron al terminar mi adolescencia y que hoy por fin se reanudan al soltar al aire la primera cana.
Déjame decirte que a pesar de mí siempre te llevé en el alma, pero en aquel tiempo de silencio me dejé embaucar por diatribas negras emitidas desde el pulpito y entonces; tu figura me quitó el sueño, tanto madero me aterraba, cada espina me ardía, me dolían cada una de tus cicatrices.
No entiendo cuanta necedad de verte siempre mártir si a tus fans como a mí, sólo nos basta; tus pasos sobre el agua, el vino, los panes y los peces… tu palabra.
Gayo. 26.10.10 en un día en el que la oración le ganó al ocio de freír huevos en el asfalto, ufff, que calor.
martes, 26 de octubre de 2010
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