No te aflijas ni me finjas, dime si los dedos
que te acariciaron fueron miel
como la miel tan blanca de los míos
que sabían perfecto recorrer sobre tus miembros
-¡que plural tan bello!, ¡ah!, ¡que singular tan recio!-
tu torso
tus vellos y cabellos
y la espiral anaranjada como aura que se enreda
desde tu cabeza hasta la planta de tus pies
como anuncio de peluquería caramelito lindo,
dime sólo para apaciguar el morbo
si otros labios irrumpieron los sellos
de mi corazón imperio
con los que marqué tus bellas nalgas,
la profundidad del abismo de tu ombligo,
tus ganas y el orgasmo que soñabas.
¿Qué pasó caramelito por tu cuerpo
en esta temporada de borrascas?
¿acaso la infidelidad amarga
de saberte envuelto con otro celofán más bello?
No te finjas, yo te adoro, no me afliges,
lo sé, es sólo la vida de la carne que aunque encerrada
entre ingle e ingle, suele darse sus paseos.
Remuérdete tantito los labios, la moral y el arrepentimiento,
en tres días estarás repuesto y como nuevo,
recuerda que aquí estarán a tu regreso
para ti mis dedos, encerrados en su puño
cual crisálida, en éste celibato de poeta.
Gayo. 02.10.10 en una tarde para echar arengas viejas “dos de octubre no se olvida”, como olvidarlo si hace 5 años allá en el puerto de Acapulco miraba con placer como caía Brasil, e futbol, ante los nuestros… ojalá algún día los mayores aprendan de los niños. Bueno, también recordando a Jesús caramelito lindo.
martes, 5 de octubre de 2010
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