Vamos a inundar las naves
con los mares de mis ojos,
que no queden ascuas,
que se hundan los bajeles con sus baos y
sus trapos,
con sus costras,
con su viento,
con sus ratas y
con sus recuerdos.
Inaugurémosles el bajo mar oscuro,
las miradas a otros lados y
el azul profundo,
ahoguemos cada cirio,
cada fósforo,
cada suspiro y
quememos en la leña verde a las sirenas
con sus cantos,
con su magia,
con sus ganas,
con sus bromas,
no sea que en una de esas me arrepienta y
de nuevo me haga a la marea con rumbo a tus playas.
Vamos príncipe de mirada de aceituna y
altamar y guerra en el silencio,
vamos a inundar las naves;
tú me haces llorar, yo levanto el oleaje.
Gayo. 31.12.10 en una tarde en donde el valor es más bravo que la realidad, pero también más cauto, más calido, más mentiroso.
viernes, 14 de enero de 2011
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