viernes, 14 de enero de 2011

Sireneando

Vamos a inundar las naves
con los mares de mis ojos,
que no queden ascuas,
que se hundan los bajeles con sus baos y
sus trapos,
con sus costras,
con su viento,
con sus ratas y
con sus recuerdos.

Inaugurémosles el bajo mar oscuro,
las miradas a otros lados y
el azul profundo,
ahoguemos cada cirio,
cada fósforo,
cada suspiro y
quememos en la leña verde a las sirenas
con sus cantos,
con su magia,
con sus ganas,
con sus bromas,
no sea que en una de esas me arrepienta y
de nuevo me haga a la marea con rumbo a tus playas.

Vamos príncipe de mirada de aceituna y
altamar y guerra en el silencio,
vamos a inundar las naves;
tú me haces llorar, yo levanto el oleaje.

Gayo. 31.12.10 en una tarde en donde el valor es más bravo que la realidad, pero también más cauto, más calido, más mentiroso.

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