Y yo que de las noches todas fui amante,
suave con las buenas y
no tanto con las malas,
a cada una le busqué su luz debajo
de su insomnio,
les expliqué con tierno tiento su sueño y
pesadilla a las que se me quedaron colgadas
del fino natalicio y muerte de Selene.
Por cada una me bebí una oscuridad entera,
por las más, en la sobriedad de la tranquilidad completa y
por las menos deshojé al azar la piel del amor
que si me quiere y la del desamor que no me quiere.
Pero amante fui, amante fiel de todas ellas.
Hasta que con luz en la razón perdida o
media luz en la mirada, me dejé embaucar
dos noches por dos labios curvos y
brillantes cual navaja, y
una mirada verde como mar en calma, y
al filo de una de esas noches,
con dos brazos delgaditos colgados de mis hombros y
dos piernas de jirón de nube, blancas como espuma
colgaditas de mi cuerpo,
me prendí de ellos, me perdí en ellos; en dos noches,
de las noches,
en los labios,
en los ojos,
en las piernas y
en los brazos, y
finos todos ellos como eran; me cortaron,
primero las noches como amante, y
todos los demás en fiambres, en despojo de amante.
Gayo. 28.1.11 en una tarde viendo que el tiempo es una flor a la que se le van cayendo sus hojas y su aroma, entendiendo que cuando ella se desnude toda, todo habrá pasado.
lunes, 31 de enero de 2011
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