lunes, 29 de noviembre de 2010

Creación o, vaya broma.

El señor creó al hombre a su indiscutible semejanza, lo dice el texto y hasta la palabra de los sacerdotes negros que la emplean cual si fuera marca registrada…

Bendita semejanza incluida en sus manos
que se atascan con el barro y
santiguan sus pecados de creación en una palangana,
sus pies que hacen camino dejando huella con sus pasos y
su paso en el cieno en donde nacieron los rosales
de Doña Guadalupe, y
en la frustración de quien no ha sido olvidado
pues tatuado se quedó su corazón en las paredes de un retrete,
los suspiros vientos de guadaña y
también todos sus sexos;
unos cóncavos otros convexos,
unos con clavos otros conversos,
uno para el otro y todos para uno,
el sexo en mano y volando no sé cuántos,
en el cenobio, en la garita, a oscuras a oscuritas,
sin cura, con curas y absoluciones alemanas.

Creó también dulces chabacanerías,
adioses cursis repetidos una y otra vez
por el temor de una vez largarse y
el adiós definitivo que es lo único
que en el amor no es cursi,
creó miradas recias como las de él, o cautas,
también brillantes cual luceros o atisbo de usurero,
transparentes felices en los ojos de los locos y
dementes en el ojo de los huracanes,
creó y
no por que él tuviera frío, sábanas de raso,
de punto de cruz, de animales con animalitos y
de piel heterodoxa.
Creó el señor la intimidad divina,
pues mientras el creaba a su creación no le gustaba
que nadie lo mirara,
que nadie le juzgara,
que nadie le dijera; esto más arriba aquello más abajo,
total, de su creación siempre pensó;
igualándole los medios valen madres los extremos, y
después su yerro; el libre albedrío,
que más que error fue una broma que se confundió
en el cerebro de su obra y que como ley de dijo;
“entendedlo todo con suma tolerancia, hacedlo con buen juicio”, y
su obra usando poco el cerebro y todo el albedrío comprendió;
¡Entendedlo!, a todo el que no comprendas,
hacedle un sumario juicio, no empleéis en nada a la tolerancia.

Gayo. 29.11.10 en una tarde beata entendiendo la creación desde el Evangelio escrito por un nobel portugués.

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