lunes, 22 de noviembre de 2010

Aquí.

Sentado en los lindes del local y
la banqueta en donde la mala suerte me puso
como mercancía en botadero, y
en donde me fumo los ayeres en papel de arroz
encendido con los ayes entre las colillas de los Delicados,
celofán de caramelo arrumbado y uno que otro escupitajo,
mirando entre tinacos, cables, postes y
mis cataratas las demoradas golondrinas
de la temporada que como negros avioncitos
envía a la chingada el Señor con su ocio tan divino,
mirando y suspirando blancas nubes arrugadas
cual si fueran apenadas sábanas después de vernos
entregar el cuero al revolcarnos en los caldos de la emociones,
esperando que el medio día se haga tarde
para hacerle misa a tu recuerdo y después,
como siempre, colgar cual sacrificio
estas mis insulsas letras en el tendedero
donde ya no cuelgas la mirada.

Aquí, pasado amor de hoy y hasta mañana,
con los ojos entierrados, de repente clavados en la grava,
dibujo con la punta del zapato el andamio
que tomaste para desaparecer en cuerpo y alma, y
también para que el aire nunca olvide
tu nombre en el polvo, corazón de poca edad,
corazón de poca madre.


Gayo. 22.11.10 en un medio día, esperando a que el sol baje para picarle los ojos.

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