Lo que me mueve no es siempre el placer
de tu piel bajo mis dedos,
ni la humedad
de tus granados labios húmedos de miel avispa,
podría, eso sí, morir en el volar de tu mirada
de aceituna ahogada en su Martíni,
en un cerrar y
no abrir más los ojos después de la explosión
de las blancas pasiones,
quedarme tieso para siempre
en los aleluyas ya llegaste.
Sin embargo príncipe de chocolate
dueño del reino de mis cuentos,
lo mío tiene otro sentido,
otra dirección no sólo tus
sures moneda del azar y buena suerte,
lo mío es la perversión
de extrañarte en cada parpadeo,
es hacer el centro, caramelo de peluquería,
de tu corazón, la diana negra de mis más altas pasiones.
Gayo.24.11.10 en una tarde pasionaria, casi beata, viendo morir, por un lado al sol, mientras sin pena alguna, nacía la luna.
jueves, 25 de noviembre de 2010
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