Hasta en el vuelo de las idas
de los cuervos que bebieron
del llanto que llovió en mis mano
el día que te marchaste
con mis ojos violados los pendejos
de tanto mirarte con el corazón
y no como al final del enamoramiento
terminaste siendo.
En la desazón de saber
que en ocasiones las aves,
los ángeles, las mariposas
y las personas vuelan mas por ser ligeras
que por el hecho de mover las alas,
y de sentirlo con ardor en carne viva
y haber firmado en tu frente que /te amo/,
sólo para ver como a ese beso lo limpiabas
con la misma sábana que a nuestros sedimentos.
Y te miro a corazón cerrado,
y te huelo en olor sepia de las fotos
que se te olvidaron,
y así sin más niño liviano, te recuerdo
hasta en el amor mío que en ti, no fructificó.
6ayo 1.3.10 en el día mundial de recordarlo.
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martes, 2 de marzo de 2010
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