martes, 2 de marzo de 2010

En blanco...

Es el mísero destino que le pone acero
al ron para caer en la conciencia a plomo,
ésta caída desgraciada a ojos cerrados
de esperarte una quincena,
me da vértigo,

¿te acuerdas de mi cicatriz herida?
creo que un beso tuyo
la abrió del estomago hasta el alma,
la he bañado en sulfas,
enfriado con dos hielos brandy,
y con desprecio por si acaso,

ay cabron caramelito hermoso
arde, quema, duele,
y en el pinche masoquismo
de traer corbata diaria
/por aquello de la elegancia/
y ver una tremenda viga
aflora el miedo /que también es blanco/
y no me cuelgo por aquello de tus miedos,

recuerdo activo el de allá abajo
de tu ombligo,
perchero de madera viva
donde colgaba la esperanza,
los terrores
la vida y la cristiana boca
con la que gemía;
ay Jesús, ay mi Dios
no pares amor,
y allá abajo en la calentura de mi infierno
no parabas,
sólo a tiempo conteníamos
los dos la blanca explosión del alma
para comenzar de nuevo,

ha de ser el plomo,
siento que me muero
sí, me duelo a que me muero,
¿otro ron? ¿otro perchero?
nada amor,
mejor te llamo por teléfono,
si no respondes no hay bronca,
no me cuelgo,
prefiero esperar tu blanco miedo.



6ayo 26.2.10
solo, ay que solo y sólo extrañando la quincena

No hay comentarios:

Publicar un comentario