Un día botaré mi piel de tímido cordero,
la botaré en su cara sin oprobio ni respeto,
sin malicia, ni rencor, con la única intención
de tapar tus ojos y después, a ojos cerrados,
puedas sin temor,
oler a lo que huele un hombre,
¿lo ves, huele como tú, /perdón, usted/?,
¿entonces pues, a qué le tienes miedo?,
me llama la atención hombre cabron
que siendo igual que yo me señales con el dedo,
tengo lo que tú ¿quieres verlo?
Jesús me dijo un día
búscame en las esquinas,
encuéntrame en tu corazón,
somos barro, somos polvo,
cuídate de los idiotas
de lo demás te cuido yo
porqué usted señor me juzga con su dedo,
¿le hace falta uno y por eso lo presume?.
El día que huela usted mi piel
desnuda de la borra de borrego
emparejaremos juicios,
y entonces sí señor cabron, le haré una pregunta
¿Qué hace usted al amparo de la oscuridad
debajo de las sábanas?
Si responde bien, sí no lo hace y se lo calla
le tengo una recomendación:
guarde usted su dedo, guárdelo atrás de usted
muy bien en donde no le de ni el viento,
entonces y sólo tal vez,
comprenda usted mi goce,
y sí ni así lo logra comprender,
vaya buscando un proctólogo decente,
y entonces sí, me cuidare de usted.
6ayo…. En un día como el de ayer 27.1.10
miércoles, 3 de marzo de 2010
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