Nuestro paraíso.
Bendito Dios que no dejó
que fueras creado del calcio
de ninguna costilla mía
y sí de uno de sus parpadeos
cabrones de bing bang,
de uno de esos amanecer
que acaparan las agencias de publicidad,
o como un atardecer
de calendario de carnicería,
Naciste para mí
del todo conjugado en todo tiempo,
del aire exhalado
por ángeles que se negaron
a madurar en ser humano,
naciste de una nota musical
nacida en exclusiva para mis oídos.
Bendito Dios que confundió
a los sacerdotes y les regaló
un cielo de artificio
en donde ni tú ni yo estaremos,
benditos nosotros dos que el paraíso
lo tenemos, aquí, uno junto al otro.
6ayo 16.3.10 en este día que te sentí cerca sin estarlo…
.
miércoles, 17 de marzo de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario