Cuando faltaste a tu palabra de quedarte
le cambie la cerradura de la puerta a las noches,
condené a perpetua a los sueños
en su claustro de pestañas,
derrumbé con ira el monumento a tu coño
que adornaba sobre la mesita el manual hindú
al que le agregamos el prefacio y las conclusiones,
cuanta falta le haces al bao de mis pasiones y
a la espuma de mis mares que se va secando
entre los trapos, en las pretensiones,
en las ganas sin la playa de tu tafanario,
en la soledad de recordar los rincones
de tu piel que nunca habían sido allanados,
vuelve corazón de azúcar, vamos a cambiarle
al sol las cerraduras para que nunca amanezca,
abramos levemente los párpados a las persianas
para dorarnos con la luz de luna, vamos a
inaugurarle otro monumento al nido de tus piernas y
a escribir otro epilogo en tu piel que te sostenga
entre mi espada, la pared, y tres puntos suspensivos.
Gayo. 24.3.11 en una tarde que ha sentido tanto calor que se ha despojado de todas sus nubes.
viernes, 25 de marzo de 2011
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario