jueves, 18 de agosto de 2011

Capital


Tu piel de sal sin ti en todos los recuerdos
de labios y besos de aceitunas y
de dos palabras vanas
que nacieron sordas,
que murieron mudas,
que arden y
renacen en mis venas,
que se velan solas sin cirios
con falsarios credos,
con apócrifos rosarios,
Tu piel de azúcar en mi piel sin ti ni dudas
ni sombras ni partidas y
lo que escondí atrás de tus oídos
para que te salve,
para que un día cualquiera,
una tarde bella
o una noche cuando te despiertes,
te sirva de hostia y
te absuelva.
Tu piel de mar y bruma de sueño y nube,
de arena terrón de mascabado,
mal mimada, mal versada,
pobres de mis dedos,
sigues siendo tú, capital de sal y azúcar,
de esperanza y
sueños con amnesia.

Gayo 18.8.11 en una tarde en la que escribir sabe a tónico de no me olvides, a esperanza de que me recuerdes, a la misma locura de haberme creído de tus labios que eterno, siempre y nunca si existen.

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