jueves, 9 de junio de 2011

Ojalá

No puedas cambiar ni a golpes de rezo
el hecho de que con amor fueran
mis versos y
mis manos las que a tu alma desnudaran,
ni mis labios los que en tus pies, aroma de pereza,
guardaran para luego el amor de un mar con cada
uno de sus besos,
ojala no puedas en tu mente cambiar
nada de lo hecho y
lo sueñes y
lo añores y
te redimas de las culpas y
regreses a cumplir el acto de cubrir mi alma
de la desnudes en la que la abandonaste o
cuando menos regreses a cubrir el cuerpo
que me arde en cada gota que dejaste
con todo lo hecho,
con tu farsa disfrazada de palabras,
con tus manos dispuestas como sábanas.


Gayo 5.6.11 en una tarde recordando la luna de ayer que se pintó en el cielo cual sonrisa de anzuelo, cínica como carnada, altanera como diosa de las madrugadas.


Nota 1. Y sin embargo lo único más bello que la luna de ayer, es su hermosa sonrisa.





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