Debería dejar de preocuparme
de las cosas importantes
de los días y
ocuparme del barniz de la escalera,
regar los tiestos que le adornan con begonias, y
hacer,
con las hojas del calendario a las que aún les queda vida,
aviones de papel en tiempos de sequia,
atrapar las migajas rastros del reloj
en un frasco que se coma la alacena,
de la luna la miel de tus caderas y
del amanecer la letra que le debo tus labios, y
tatuarle, por la tarde, nuevamente al árbol un
tú
para que no se te olvide
y
a un lado un
yo
para dormir tranquilo,
encender después, la lumbre del café con tu mirada,
despertar del sueño a la verdad si es qué se puede, y
entonces sí, seguir pensado en ti…
Gayo.29.19.11 en una tarde con los párpados pesados como juicio, como telón de escenario sin públicos, sin aplausos, ni taquilla, ni tus labios.
Nota 1. ¿Cuántas personas caben en una manguera?.... un chorro
Nota 2. ¿Cuántos ayeres habrán muerto sin volver a ver la luz de neón del hotel de paso?
miércoles, 29 de junio de 2011
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