Tu sonrisa ave de mi agüero
la aprendí en mis labios
junto con tu nombre,
en el apretarlos fuerte
para no soltar alguna pendejada
cuando no has llegado,
cuando paso por tu calle y
la estela de tu aroma me indica
que me llevas cuadras de ventaja y
el bromista viento no me dice para donde,
la aprendí mirándote a
tus ojos de salmos y buenaventura,
rozando con mi rostro tu aliento y
el aroma de tu hirsuta cabellera,
lo aprendí al mirar tus pasos de pantera y
tu espalda con sus alas de tocar mi alma,
la aprendí completo en unas horas,
en una vuelta,
en un par de aceitunas navegando en una historia.
Tu sonrisa melodía sin fin me la aprendí
en el vientre de colmena y
en las piernas que me tiemblan,
que me espantan,
que se adueñan de mi cuerpo
cuando quiero irme para allá y
ellas, descaradas, se regresan a tu vera.
Gayo 26.2.11 en una tarde viendo que el tiempo ya no lo hacen como antes que rendía horrores, un suspiro mas y ya estará aquí la primavera.
lunes, 11 de abril de 2011
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