lunes, 20 de septiembre de 2010

Nada malo.

Algo queda después de amarte
en silencio por las noches con mis rezos
religión de mí razón,
algo cual detritos de alfombra enraizada
en las rodillas,
como vómito de amor dolor y no tenerte,
algo como amarte a granel a costa de tus costas,
de tus mares,
de tu cielo de lunares,
de tu irreverencia de largarte,
¿un recuerdo?
¿una costra?.
Nada malo, todo etéreo,
una nueva oración de amor, amor,
una reconciliación con la resignación
de que tu amor Jesús fuera de paso,
fuera liviano,
fuera de lo común silvestre provinciano.

Algo queda después de ti
y del bautismo de tu piel con leche,
¿una pústula?, nada malo.

Una capilla entre mis manos por si vuelves,
por si acaso un desliz de tu moral te trae hasta mis brazos,
un te amo en silencio
y acaso un simple te quiero para que no te sientas con miedo.
Algo queda y no es un “después” caramelito,
es un ahora, es un beso en la frente hasta mañana,
es un siempre –nada malo- obsesionado de tenerte.


Gayo. 20.09.10 en un día repintando las paredes que se formaron después de que en silencio te perdiste.

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