martes, 29 de junio de 2010

Decente, amable.

Son mis dedos príncipe
de miel avispa
los que tercos no se olvidan
de tu blanca piel y leche,
de tus ojos que me desnudaron,
del celaje de tus cejas,
del saber que hay bromas
que se saben serias
y por ello no sonríen,

de tus labios rojos como aviso
de que nada es serio
cuando sólo es carne y nada de alma
quien ofrece
con cínica mansalva la vida para siempre,

son mis dedos galleta de jengibre,
mis dedos que se empeñan
en copiar tu piel en otros pechos
y acarician las mejillas del pudor
de aquel amor olvido
que aún resuenan como eco
en la persiana que nos disfrutó decente
con sus parpados cerrados,

es la blanca miel de tu recuerdo
en mis dedos
y la amable amnesia que me cuida
para no sufrirte más de lo debido.

Gayo 29.5.10 a decenas de años luz de olvidarte.

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