Terminaste siendo todo tú en mí
en todos los instantes,
en todos los futuros,
en todos los recuerdos concentrados
de aquella media tarde,
en aquella medianía del día que me dura día a día
y me completa cada desvarío,
en aquella donde no se sale de mi mente
aquella bella comunión de carne,
-digamos- de pecado para los infieles,
de mirarte a fe completa los estigmas blancos
como leche en el centro de tus manos
y mis generales con mi nombre,
con mi herencia,
con mis ganas todas de amarte todo
escurriendo todo por tu pecho,
por tu labios,
mezclando los espasmos
y el resultado del orgasmo
en tu faz con tu agua redentora,
con la parte de la sal que salva,
con lo santo de los oleos propios de tu real salea,
espinándome los dedos uno a uno
con hirsuta corona cabellera,
/ay Señor, ay Jesús/
y la visión ultima de ti enclavado en cruz
sobre la cama antes de que amortajaras
en los jeans tus piernas de pabilo,
el sepulcro de tu corazón con tu playera endemoniada,
tus pies caminantes de los mares de mis sueños
en tus anaranjados tenis que semejan horizonte desahuciado,
y tu amor ahogándose en el vinagre de los titubeos,
y tu pinche adiós,
un beso,
y todo yo por ti saldando
todos los instantes que te precedieron,
terminando enclaustrado para siempre
como germen en el centro exacto de tu cuerpo,
en la cueva, príncipe, en la sima de tu ombligo.
Gayo . 26.5.10 a dos días de su cumple....
miércoles, 26 de mayo de 2010
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